Capitalismo es sequía!!, la emergencia hídrica de la Generalitat de Catalunya.

Se ha decretado por primera vez en Cataluña la emergencia por sequía en 24 municipios, que engloban a unos 26.000 habitantes (Resolución ACC/2892/2023, de 4 de agosto https://dogc.gencat.cat/ca/document- del-dogc/?documentId=966866 ), 22 del Alt Empordà (Girona) y 2 del Baix Camp (Tarragona). Esta declaración es un ejemplo clarísimo de que realmente, el capitalismo es sequía, y de que todas las actuaciones del gobierno, como no podría ser de otra forma, van en el camino de perpetuar el dominio de los devastadores de la tierra. Aunque es de prever que en breve habrá nuevas declaraciones de emergencia, es interesante analizar esta primera declaración.

En el caso del Alt Empordà la mayoría, de los municipios, dependen del acuífero del Fluvià-Muga, un acuífero agotado por la sobreexplotación generada por las industrias turísticas y agroindustriales, además esta sobreexplotación ha provocado una salinización en la zona del litoral y la actividad de las macrogranjas, contaminación por nitratos, de hecho buena parte de la zona en emergencia, concretamente 9 de estos 22 municipios están dentro del mapa de zonas vulnerables a la contaminación por nitratos (https://agricultura.gencat .cat/web/.content/07-ganadería/deyecciones-ganaderas-fertilizantes-nitrogenados/enlaces-documentos/ficheros-binarios/zv1.pdf ). Las medidas que “impone” la emergencia son el mismo camelo que las de la alerta. La mayor parte van dedicadas a simular que se hace algo (actuaciones de cara a la galería) que no solucionan nada y que van dirigidas sobre todo contra aquellos que disponen de menos recursos: son medidas mayoritariamente clasistas. Se puede tener una idea de las propuestas de la Autoridad Competente en https://sequera.gencat.cat/web/.content/02_LA_SEQUERA/SUPORT-MON-LOCAL/bloc-excepcionalitat/poster-sequera-restriccions-excepcionalitat.pdf para los municipios que están en estado de emergencia.

Por ejemplo, la medida del riego de las zonas verdes es un tema cuantitativamente “irrelevante” al menos para los municipios (o los barrios) con menos zona verde. El consumo general por riego urbano, según los pocos datos disponibles que hay, es sólo de 0.1m3 por m2 de verde al año (https://www.diba.cat/documents/471041/383054040/Cuadro+resumen +global+indicadores+2021.pdf/69b3b9e0-16d5-c8d8-b376-6e7a03863c15?t=1674135846749 ), si traspasamos esto a “litros habitante día” tenemos que el consumo oscila entre 1 litro con poco verde hasta 65 litros los muy ajardinados, esto en un marco en el que el 79% de los municipios se mueven entre los 90 y los 200 litros por habitante y año. Por tanto el riego supone para los municipios con poco verde un 1,11% del consumo doméstico, mientras que en un municipio con mucho verde podría ser un 32,5%, la mayoría de los municipios con poco verde son también los que tienen renta más baja, el ahorro también tiene un sesgo de clase. Evidentemente no es lo mismo vivir en la Torrassa (menos de 4m2 por habitante) o en Santa Coloma (unos 6m2), con estos pocos espacios verdes resecos, que vivir en los opulentos barrios de Pedralbes, en Sant Cugat (32m2) o Matadepera (237m2), con verde público y privado abundante que aunque seco, es evidentemente más disfrutable, estamos pues ante un claro sesgo de clasista.

Algo parecido es lo que ocurre con las duchas de las playas. El Área Metropolitana ha cerrado todas las duchas, menos en Barcelona, que tiene unas playas turísticas en las que buena parte de los usuarios no son residentes, donde ha mantenido unas cuantas duchas (una por playa dicen). No es lo mismo bañarte en la playa de Badalona y, sin ducharse volver a casa en el bus de TUSGSAL, que ir a la playa en Calonge y volver al apartamento a unas decenas de metros donde poder ducharte se y refrescarse cómodamente, no es lo mismo bañarse en la Barceloneta e ir a casa sin ducharte que andar unos metros hasta el elitista (y privilegiado) Club Natació Barcelona o hasta tu habitación del Hotel Vela . Cabe decir que la ducha y los lavapiés en las playas son en la mayor parte de ellas un servicio muy reciente, y que las pocas que tenían menos, la discutible necesidad de este equipamiento no impide que las medidas de restricción sean claramente clasistas.

Las medidas aplicadas para el riego del verde urbano y las duchas de la playa dejan en papel mojado toda la palabrería de refugios climáticos, que queda anulada por refugios secos y sin posibilidades de refresco… secos y sin posibilidades para los pobres, por supuesto. Lo mismo ocurre con las dedicadas al lavado de vehículos en que se deja protegidas las empresas de “car washing”.

Las recomendaciones para el consumo agroganadero y doméstico son imprecisas e incontrolables, pero lo más llamativo es que no hay mención alguna a actividades económicas, distintas de la agroindustria, como la hostelería y actividades fabriles diversas (textiles, metalúrgicas, químicas…). esto hace que, en la práctica, todo quede en papel mojado.

La emergencia en la comarca del Alt Empordà.

Un dato curioso es que los municipios en emergencia están gestionados mayoritariamente por empresas privadas, un 68%, sólo un 32% tienen gestión pública, bastante lejos del conjunto de la comarca que es del 56% privado, En el mismo sentido va la población atendida , entre los que están en emergencia un 83% está servida por la privada, en el conjunto de la comarca la proporción está más equilibrada un 54% de la población servida por la privada y un 46 por la pública, en el conjunto de Cataluña privada suministra a un 67% de la población.

No es irrelevante que la mayoría de los municipios y de la población afectada esté gestionada por empresas privadas, empresas que ni mantienen las redes ni están interesadas en el control ni el ahorro de agua. AGBAR, la empresa que tiene el trozo más grande del pastel, lleva ya 156 años expoliando y devastando la tierra, en el Alt Empordà, en Barcelona, en Bolivia…o en el mundo.

La unidad básica para dictar la emergencia ha sido el origen del agua, en este caso la Unidad 03 (acuífero Fluvià Muga), los municipios adyacentes, sobre todo los litorales dependen de otras Unidades, la 09 del embalse Darnius-Boadella (3 municipios), de la 14 Empordà (4 municipios), uno del acuífero del Baix Ter y uno del 03 acuífero del Ter, Sant Pere Pescador que es el único municipio litoral en estado de emergencia.

El embalse Darnius-Boadella (que sólo está en el 17,9%% de su capacidad) suministra agua a los 3 municipios que acumulan el 49% de las plazas hosteleras del Baix Empordà y que además están fuera de la emergencia (Cadaqués, Roses y Castellón de Empúries).

Todos estos municipios litorales (y turísticos) de una manera lógica y natural dependerían del 03 el Muga-Fluvià, si este acuífero no estuviera dañado debido a la sobreexplotación (sobre todo por el turismo) y aparte de la reducción de la disponibilidad del recurso, lo ha dañado localmente por intrusión marina que lo saliniza progresivamente.

Entre los 10 municipios más consumidores de agua hay 6 del litoral y dos tienen un campo de golf en su término (de los 3 que hay en el Alt Empordà) y acumulan el 53% de las plazas hosteleras.

La industria del turismo no sólo expolia los recursos sino que además los devasta destruyéndolos. El estado (y la Generalitat es Estado) en una situación de crisis no sólo protege a los devastadores sino que mantiene su actividad dañina.

Capítulo aparte tendrían las segundas residencias y las urbanizaciones que conforman un uso turístico bien diferenciado del de los hoteles y campings. Por un lado están las urbanizaciones y por el otro una urbanización difusa que se extiende más allá de la costa y llena parte del interior.

Los proyectos de nuevas urbanizaciones, según SOS Costa Brava (https://soscostabrava.cat/casos/ ) son 4, dos latentes Super Fener-Roses2 en Llançà y Empordà Park en Pau, uno en conflicto en la Farella también en Llançà y uno desactivado parcialmente en Sa Guarda en Cadaqués. En total serían más de 435 viviendas y 2 hoteles, pero seguro que existen otras iniciativas, como el POUM de Peralada donde se prevén 200 viviendas unifamiliares con jardín y piscina. Por otra parte existe una fuerte actividad dentro de la zona urbana con nuevas construcciones, y fuera de ella con nuevos chalets y rehabilitaciones de casas viejas. Un indicador de la penetración de las segundas residencias y urbanizaciones en el Baix Empordà es que en la comarca hay 14,39 piscinas por cada 100 habitantes, en toda Cataluña se 2,49.

En ambos casos, urbanizaciones y la difusa esto comporta gastos de agua, riego de zonas verdes y piscinas. Los buitres urbanísticos han fijado los ojos a lo que queda de la costa poco devastada, sin edificar, no sólo la Costa Brava, sino todo el litoral peninsular.

A todos estos datos hay que añadir los apartamentos y pisos de uso turístico, legalizados o no que suponen otra sobrecarga de consumo de agua y que no son quantitativamente nada despreciables, Roses tiene 6.773 licencias (unas 27.000 plazas), Castelló d’Empúries y l’Escala más de 3.000 cada uno (más de 25.000 plazas entre los dos), las que están fuera de la legalidad no se pueden evaluar, pero seguramente se acercaran a los que disponen de licencia.  

La ganadería industrial y las macrogranjas.

El Alt Empordà no llega a los extremos de otras comarcas como las de Lleida o de Osona, pero la ganadería industrial tiene un peso importante, como demuestra la contaminación por nitratos en el acuífero.

En la comarca hay 304 explotaciones de porcino (grandes, pequeñas y medianas), de estas 44 son macrogranjas de más de 2.000 cerdos, emiten más de 1,5 millones de toneladas de CO2. Los municipios afectados por la emergencia tienen 23 de estas macrogranjas y emiten 0,8 millones de toneladas de CO2. En el Alt Empordà hay 487.970 cerdos (https://www.idescat.cat/indicadors/?id=aec&n=15432&lang=es ), esto son 3,45 cerdos por persona ampurdanesa (en el conjunto de Cataluña son 1,26 y en Osona 6,76), la mayor parte de la producción de carne es para la exportación. Ahora mismo existen 67 solicitudes para abrir nuevas granjas o ampliar las existentes.

Capitalismo es sequía, expolio y devastación.

La situación de sequía depende del clima, sí, pero quienes realmente la provocan son el capitalismo y los estados. El capitalismo a través de la industria agroalimentaria, la ganadería industrial, la especulación urbanística, las empresas de suministro y el negocio turístico expolia y devasta la tierra, el Estado, la Generalitat y la Agencia Catalana del agua protegen y fomentan su actividad.

Contra el capital y los estados, contra la devastación, por la anarquía